
Incapaz de mantener el pico de forma
más allá de unas pocas
semanas, me he vuelto a dejar llevar por mi inclinación natural
hacia la flojera. Es el enemigo que llevo dentro, una sombra que
siempre acecha. Ni en los días de gloria
de Anglirus y Arimegortas. Ni en las rachas triunfales de rodillo.
Nunca desaparece del todo; es la tentación que no cesa.
Cómic de Blueberry, manta y Cola Cao con galletas. ¿Para qué
levantarse de la cama a hacer el indio? (imagen: Dargaud)
La
vagancia me persigue implacable; y por más que corra, por más que me entrene, sé...